Un ejemplo de branding político de parte de los profesionales de la propaganda:
Mismo comercial de detergente para ropa donde se afirman cosas como ser más potente, más limpio o más ecológico (!) que la competencia. La diferencia está en que después de probar el detergente se puede optar por dejarlo o darle un uso distinto si no resulta conveniente (si blanquea la ropa de color) o satisfactorio. Para hacer eso con un partido político hay que esperar años y en el caso específico del socialismo la espera se tiene que hacer dentro de la lavadora mientras te aplican su detergente.
Además ¿tan faltos de referentes están en Europa que tienen que mirar al otro lado del charco?
Tags: Branding publicidad elecciones parlamento europeo Europa PSOE socialismo Obama
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