Katrina and the Waves... of APOCALYPSE


A propósito de las noticias sobre el huracán Katrina que azotó cual castigo divino las tierras del impío tío Sam, recordaba el éxito pop Walking on Sunshine de la occisa banda ochentera Katrina and the Waves como ironía al oscuro panorama que pintan las infaltables profecías apocalípticas (como las de Santa Rosita) reeditadas con ocasión de este último -y tremendo- desastre natural.
Sin embargo hasta ahora no se ha encontrado ninguna correlación significativa entre fenómenos como sequías, inundaciones y huracanes con los cambios de temperatura. La razón por la que se utilizan estos desastres para alarmarnos es que obviamente son alarmantes pero, si se consigue enlazarlos en la conciencia popular con el calentamiento global, los objetivos políticos del Protocolo de Kyoto podrían cumplirse por presión de la opinión pública. Y es que resulta difícil tomar en serio como ciencia a unos ecologistas que sostienen una cosa y su contraria simultáneamente: Si llueve y hace frío, cambio climático. Si no llueve y hace calor, calentamiento global... provocado por el cambio climático.
Christopher Landsea, uno de los mayores expertos mundiales en huracanes, afirma que no se ha encontrado correspondencia alguna entre estos fenómenos y la temperatura global. No descarta que no pueda existir, pero en caso de hacerlo sería una correlación mínima, que incluso podría ir en sentido contrario al que proclaman los agoreros. Landsea renunció al IPCC -el panel científico de la ONU que estudia el calentamiento global-debido a que el autor principal de su área, Kevin Trenberth, estaba usando su puesto para decir a la prensa que sí existía esa relación, una posición que jamás hubiera podido sostener de estar delante de científicos expertos y no de periodistas crédulos. El IPCC, cuyos informes han servido para justificar la aprobación del protocolo de Kioto, ha demostrado así una vez más su politización.
Pero si Katrina y sus olas no pueden enseñarnos nada sobre el incremento de las temperaturas y su relación con los huracanes, sí puede darnos una lección mucho más valiosa sobre el efecto de la riqueza en los desastres naturales. En principio, lo que se ha pensado que sería como el Tsunami que devastó el Sudeste Asiático, ha cobrado mucho menos victimas. La prosperidad de los Estados Unidos ha facilitado que se produzca una evacuación masiva en muy poco tiempo. De no ser por la calidad de las carreteras, los automóviles o los servicios de emergencia se producirían las catástrofes en términos de vidas humanas que solemos ver en Centroamérica. Y es que, aunque no le guste a mucha gente, la prosperidad salva vidas.
La mala noticia es que justamente la prosperidad de la humanidad es lo que está en juego con el protocolo de Kioto. Un acuerdo que no reduce de forma significativa la temperatura, aún suponiendo que las predicciones hechas al respecto fueran ciertas, porque no pone en marcha nada más que un sistema de racionamiento de energía que inevitablemente provocará con su encarecimiento… algo que no nos caerá nada bien a los países de abajo.
Lo del Calentamiento Global es un mito, como también son mitos el que la humanidad sea la causa primaria del cambio climático, o que un eventual calentamiento de la Tierra seria desastroso para el ambiente y para la sociedad humana (¿Existe acaso una “temperatura ideal” fuera de la cual todo es anormal y catastrófico?) Respecto a esto último la paleoclimatología ha demostrado que históricamente ya hubieron períodos de clima más alto los cuales no han reportado ninguna catástrofe planetaria sino que han sido incluso beneficiosos. Uno de estos períodos calientes permitió la expansión de los escandinavos quienes en sus aventuras ultramarinas descubrieron una inmensa isla entonces de abundante vegetación a la cual bautizaron lógicamente como
Groenlandia (“Greenland” en inglés: “Tierra VERDE”). Hoy todos sabemos aquella, la mayor isla del mundo, no es más que un inmenso cubito de hielo varado en medio del atlántico y prácticamente inhabitable.
Ahora que supuestamente se busca generar conciencia respecto a estos temas (y mitos) esperemos que se abra el debate que debió generarse desde un principio cuando cierto “consenso científico” (otro mito) saltó a la palestra a denunciar que el fin del mundo se acercaba (una vez más). En la Declaración de Heidelberg firmada por cientos de científicos e intelectuales (incluidos 72 premios Nobel) durante la Cumbre de la Tierra en Río (1994) y que a pesar de la relevancia de los firmantes no recibió mucha atención en los medios, se hace una llamada a la honestidad intelectual y a la integridad científica ante "el surgimiento de una ideología irracional que se opone al progreso científico e industrial e impide el desarrollo económico y social (...) Los mayores males que provienen y acechan nuestra Tierra son la ignorancia y la opresión, y no la ciencia, la tecnología y la industria".
En: ¡El calentamiento global provocó el tsunami!
Viro: Si Bush hubiera firmado el tratado de Kyoto, miles de personas estarían ahora vivas.

Nuts: Un momento... ¿No estamos contentos de que haya menos humanos contaminando la Madre Tierra?

En: Shhhhh...
Viro: Solapa nomás

3 comentarios:

  1. Anónimo9:16 a. m.

    Uno nunca sabe lo k puede pasar, así estemos recontra preparados para todo...

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  2. Anónimo7:32 a. m.

    la realidad no coincide con lo que escribes...pero quizas la realidad este equivocada!
    Hasta la victoria siempre!

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  3. La realidad es terca, Koba. Desastres de esta magnitud los hubieron antes y los seguiran habiendo. La cuestión es prevenir. Y eso cuesta. A pesar de las alharacas del alcalde de N. Orleans, que no para en señalar con el dedo hacia otros, no podra evadir su propia responsabilidad, como tampoco eludir el hecho que se necesitó de una administración mas eficiente para que los diques estuvieran en perfecto estado. El reto esta en generar riqueza para que nos hagamos de más recursos para nuestra protección y bienestar.
    Y nada peor contra esto que es justo y necesario, que el control de la economía tal como se plantea con protocolos politicos como el de Kyoto con la excusa de resolver un inexistente cambio climático antropógeno. Nosotros, los paises del "Tercer Mundo" seremos los primeros perdedores.

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