Dos distintas ideas para America en el sigiloso enfrentamiento que tuvieron San Martín y Bolívar en su encuentro en Guayaquil:
Bolívar hacía de todo fasto una fiesta. Convocó a las familias distinguidas y al cabildo de Guayaquil a rendir homenaje al héroe sureño. San Martín la debe de haber pasado muy mal cuando Carmen Garaycoa, la adolescente hija de una amante del libertador, se acercó a él como una vestal griega y le colocó una corona de laureles y oro.Por Abel Posse, novelista y miembro del Instituto Sanmartiniano de Perú, publicado por La Nación (Argentina). Vía el excelente blog El Independent.
Desconcertado, se la quitó y se la devolvió a la niña murmurando que no merecía semejante homenaje. Luego, los héroes dialogaron a solas durante el almuerzo y al día siguiente se reunieron cuatro horas que serían para siempre famosas para nuestra historia.
Desde ese día en Guayaquil faltaban ocho años para la muerte trágica de Bolívar. San Martín, como un ángel premonitor, de algún modo le adelantó la frase que el libertador pronunciaría como un triste reconocimiento al expirar: "Hemos arado en el mar".
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Mariló, vaya petarda analfabeta!!!! Así nos va en este país de mediocridad enchufada....
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