En primer lugar, una de las tareas más importantes llevadas a cabo por el Gobierno tibetano en el exilio ha sido la paulatina democratizaciónde sus prácticas y estructura. Así, en 1963 la administración de Dharamsala promulgó una Constitución que entre otras cosas prevé la destitución del propio Dalai Lama, quien siempre se ha mostrado contrario a la conversión de su país en un parque temático para el disfrute de las minorías contraculturales de Occidente. Además de esto, en los años 60 se creó una Asamblea Nacional Tibetana cuyos miembros son elegidos en la actualidad por sufragio universal de todos los exiliados, cuya tasa de alfabetización es superior al 80%. Este parlamento elige a su vez a un Gobierno y posee iniciativa legislativa. En 1992, el Dalai Lama renunció a jugar un papel político en el futuro Gobierno del Tíbet y en 2000 propuso cambios en la Constitución para que el primer ministro fuera elegido directamente por el pueblo.Un Tibet libre conmocionaría a toda China. El Dalai Lama solo es más peligroso para el régimen chino que una invasión extranjera.
Del artículo El Tíbet no es Hong Kong, vía Instituto Juan de Mariana
Tags: Dalai Lama, Tibet, China.
así es...
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