PAZ SÍ, PACIFISMO NO

Paz sin fronterasDesvinculo el Pacifismo de lo que es la Paz aunque ésta sea el núcleo de su discurso. Baste ver como las iniciativas pacifistas se desdibujan a sí mismas y se quedan vacías de contenido cuando tienen que recurrir a la autocensura para conservar la "pureza" del gesto. Es lo que ha pasado con el megaconcierto Paz sin Fronteras que fue un éxito rotundo en cuanto a convocatoria pero que, como todo sentimentalismo, verá diluídos sus efectos al poco tiempo. Por dárselas de "apolíticos", los productores del concierto decidieron cancelar la visita del presidente colombiano Alvaro Uribe por temor a que el evento se convirtiera en una plataforma política a su favor:
Martínez confesó en Caracol Radio que el concierto hubiera sido muy difícil de manejar si hubiera asistido el jefe de Estado, dada su altísima popularidad, y el cariño que le tiene un número importante de colombianos.
"El presidente Uribe habría sido la estrella del concierto, se hubiera convertido en un "rock star" y la situación se hubiera desequilibrado", señaló Martínez Mahecha.
El periodista y empresario consideró que la presencia de Uribe sin la asistencia de los presidentes Chávez y Correa, hubiera dejado la sensación de ser un evento convocado solamente por los colombianos o por el gobierno colombiano.
El problema del pacifismo es que no sabe manejar las ecuaciones cuyos términos no tienen el mismo valor. La entereza del señor Álvaro Uribe no se compara con la grosera y cobarde fanfarronería del presidente venezolano Hugo Chávez ni con la mezquindad del ecuatoriano Rafael Correa. El pacifismo juega a la equiparación moral de las posiciones en conflicto, para lo cual tiene que recurrir necesariamente a maquillar o ignorar aspectos importantes de un problema, perdiendo sentido en el camino para quedarse sólamente con las ganas.

Aquello termina cediendo terreno ante el mal, el cual llegado el momento no tendrá escrúpulos para dar cuenta de sus víctimas.

Pacto de Munich, 1938. Chamberlain, Daladier, Hitler, Mussolini, etc.
La Paz Perpetua (Kant):
La proposición siguiente: "La mejor política es la honradez", es una teoría mil veces desmentida por la práctica. Mas esta otra proposición, también teórica: "La honradez vale más que toda política" , está infinitamente por encima de cualquier objeción y aun es la imprescindible condición de aquélla.
(...)
Objetivamente no existe, por lo tanto, y en teoría, ninguna oposición entre la moral y la política. Pero sí existe, subjetivamente, por la inclinación egoísta de los hombres. Ésta no proviene de las máximas de razón y no puede denominarse práctica. Tal oposición puede durar siempre, porque sirve de estímulo a la virtud cuyo valor real, en este caso, no sólo consiste en soportar con firmeza los perjuicios y sacrificios consiguientes, sino también en conocer y dominar el mal principio presente en nosotros, y que es sumamente arriesgado porque nos engaña y traiciona, como reflejo de los sofismas que toleran la violencia y la ilegalidad con el pretexto de la existencia de las flaquezas humanas.
ACTUALIZACIÓN:
  • Igual no se salvaron de las acusaciones de instrumentación y politización. Ir por neutralidad y salir trasquilados.
  • Jaime Bayly tampoco cree a Juanes


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