Body Shop fue creada en los años 70 por los esposos Anita y Gordon Roddick. La de Anita Roddick, la madre del mostro, es una de esas típicas historias del éxito donde el protagonista empieza en la cocina de su casa y termina facturando millone$ al año (¿será asi con Kaita?). Habiendo viajado por el mundo Anita tuvo la visión de recurrir a los ingredientes naturales para irse arriba con su negocio, haciéndose así de la intención de poner en el mercado una compañía con una alternativa "ética" frente a otras empresas "químicas" del sector de la cosmética. Body shop se caracterizó por el uso de ingredientes naturales, su oposición a las pruebas de cosméticos con animales, y por su política de reciclaje de envases (no válido en el Perú :P).
Sin embargo la Roddick es algo "más" que una innovadora empresaria capitalista:
Es inmoral hacer que las mujeres se sientan descontentas con su cuerpo, engañar a las consumidoras afirmando que cierto producto obra milagros o utilizar la imagen de una radiante quinceañera para vender una crema destinada a combatir las arrugas de las cuarentonas.Cuando alguien observa el comportamiento de Body Shop (que cuenta con más de 2000 tiendas en 53 países) no halla más que excelentes resultados financieros, pero tales ganancias no impiden a su fundadora computarse "activista", rajar de la Globalización y, por ejemplo, atacar a Coca-Cola por "buscar su propio beneficio".
Basando su estrategia de marketing en "principios socialistas", como el "comercio justo" y el ecologismo, anualmente esta compañía arrojaba beneficios de no menos de 20 millones de dólares. Como decimos en el Perú: ¡Ke tal concha!
Preguntada sobre que haría con tan jugoso cheque producto de la venta de su compañía, la millonaria activista respondió: "No tengo la menor idea de lo que voy a hacer". ¡PLOP!
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