Sobre los TLC: Crónica Ecuatoriana

La polémica alrededor de los Tratados de Libre Comercio (TLC) tiene mucho de ideológico porque es allí donde los opositores a los acuerdos pueden maniobrar manipulando la información más facilmente que en lo meramente técnico o económico. Como en el Perú, los gremios que supuestamente representan al campesinado hacen muy poco por revertir su situación, siendo que muchos grupos políticos usan al "pobre campesino" como símbolo (fetiche) contra el Imperio en un conflicto que ellos mismos propician y que es en realidad una guerra cultural.

A continuación la crónica de la blogger ecuatoriana Gabriela Calderón:

Crónica de dos protestas

Esta semana en Ecuador se llevaron a cabo protestas en contra y a favor del TLC. A casi un año de la caída de Gutiérrez nuevamente se tambalea el gobierno en Carondelet y el discurso televisado de un presidente asustado más el hecho de que todo se calmó solo después de que Palacio le dio $8,2 millones a las autoridades de Cotopaxi y le prometió otros $38 millones a Tungurahua , son indicios de que Carondelet está débil.

Hay diferencias claves entre la protesta que le quita el sueño a Palacio y la que no ocupó el primer plano en los periódicos.

Algunos datos interesantes sobre las protestas en contra del TLC:

  • Su costo. Los cuatro días en que una minoría de ecuatorianos se tomaron las carreteras más importantes de la Sierra causaron la pérdida de $100 millones en exportaciones . Ningún grupo en el Ecuador fue más duramente golpeado por estas protestas que los mismos indígenas. Aquellos productores que no pudieron entregar 280 toneladas de brócoli , por ejemplo, probablemente verán sus ganancias de este mes terriblemente afectadas y no les quedará otra que despedir a unos cuantos de sus trabajadores, lo que significará que muchos indígenas perderán al menos temporalmente su medio de sustento.
  • Sus medios. Al haber bloqueado a la fuerza y sin consultarle al resto de los ecuatorianos que dependen de esas vías para llevar a cabo sus actividades diarias, los manifestantes en contra del TLC violaron el derecho de todos los ecuatorianos a la libre circulación dentro de nuestro territorio.
  • Sus objetivos. Los dirigentes de estas protestas han hecho declaraciones preocupantes. A la BBC César Humajinga Huamán, prefecto de Cotopaxi, dijo: “Si Palacio firma ese tratado se irá para la casa, cogerá su maleta y se irá a la casa” . Sin importar lo que uno piense del TLC, nadie puede creer que este justifica un golpe de estado en un país que ya tiene fama mundial por ser campeón en este deporte masoquista. La Comisión Andina de Juristas (CAJ) reconoce “el legítimo derecho de la ciudadanía a expresar su descontento... En la medida que la protesta social sea canalizada por los cauces democráticos, ello no debe implicar que se deje de lado los caminos del diálogo y de la búsqueda de consensos. Como señala el Artículo 2 de la Carta Democrática Interamericana, la democracia representativa se refuerza y profundiza con la participación permanente, ética y responsable de la ciudadanía en un marco de legalidad conforme al respectivo orden constitucional” . Bloquear carreteras, amenazar con derrocar al presidente, entre otros actos no consensúales, constituyen una violación del orden constitucional ecuatoriano.

Los datos interesantes sobre las protestas a favor del TLC en Quito, que reunieron a 4.000 personas, son los siguientes:
  • Costaron solo $28.000 y fueron financiadas por empresarios que tienen intereses personales en que se firme el tratado. Sus trabajadores que los acompañaron en las protestas también tienen intereses personales en que el TLC sea una realidad. Los costos fueron incurridos por los que buscan beneficiarse, y no impuestos a todos los ecuatorianos en nombre de los intereses de determinado grupo.
  • Fueron pacíficas y no bloquearon el libre movimiento ni afectaron la actividad comercial de la cual se sustentan la gran mayoría de ecuatorianos.
  • No amenazaron con derrocar el gobierno si es que este decide no firmar el TLC.

Para el lector que forma parte de la gran mayoría de ecuatorianos que no participó en ninguna de estas protestas, yo quería compartir mis observaciones sin imponerle mi visión personal de que el TLC es algo bueno o malo, pero si recordándole que todavía no se ha presentado una causa que merezca violar el orden democrático y constitucional ecuatoriano.

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