Cuando la participación del interés privado en actividades "estratégicas" como la explotación petrolera es vista con recelo, más que temor en la ineficacia o corrupción de los mecanismos de regulación del estado, se trata de una estrategia política de corte populista que apunta a conservar (y expandir) el poder estatal muy al margen de su idoneidad y eficiencia. Cuando desde el propio populismo se acepta y se propone la participación privada, tal arranque de sensatez puede ser visto sino como proselitismo puro.
Peor aún cuando los propios populistas y demagogos se contradicen negando lo dicho anteriormente. Entonces ya no se trata de interés proselitista sino del más descarado de los engaños que evidencia la miseria intelectual y moral de los políticos que lo practican. Tal es el caso del defenestrado candidato a la presidencia mexicana, Andres Manuel Lopez Obrador (AMLO). Si antes hubo negado su propio compromiso en respetar los resultados de la contienda electoral, ahora combate aquello que originalmente fue su propia propuesta aperturista.
Liderando actualmente una campaña contra la "privatización" de la estatal petrolera PEMEX, en una genial entrevista conducida por el periodista mexicano Carlos Loret de Mola, AMLO queda al descubierto al ser confrontado con sus propias palabras. Véanlo, no tiene pierde:
Ideas al Vuelo:
¿No habrá en la izquierda mexicana – antigua o moderna- un alma caritativa que impida que el señor López siga haciendo el ridículo?
Tags: AMLO, Lopez Obrador, PEMEX, Loret de Mola, PRD.
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