La religión en AMÉRICA


Tocqueville (en Democracia en América):
[La democracia en América] es el producto (y este punto de partida debemos sin cesar tenerlo presente en nuestro pensamiento) de dos elementos completamente distintos que en otras partes a menudo se hacen la guerra, pero que en América han venido a incorporarse, en cierto modo, el uno al otro y a combinarse maravillosamente. Me refiero al espíritu de la religión y al espíritu de la libertad. (...) La religión ve en la libertad un noble ejercicio de las facultades del hombre y en el mundo político un campo cedido por el Creador a los esfuerzos de su inteligencia. Libre y poderosa en su esfera, satisfecha del lugar que le esta reservado, sabe que su imperio está tanto mejor establecido cuanto que no reina más que por sus propias fuerzas y domina sin apoyo sobre los corazones. La libertad ve en la religión como la compañera de sus luchas y de sus triunfos, cuna de su infancia, fuente divina de sus derechos. La considera la salvaguardia de las costumbres, y las costumbres como la garantía de las leyes y prenda de su propia supervivencia.

Benedicto XVI:
Ya desde los albores de la República, la búsqueda de libertad de Estados Unidos ha sido guiada por la convicción de que los principios que gobiernan la vida política y social están íntimamente relacionados con un orden moral, basado en la señoría de Dios Creador. Los redactores de los documentos constitutivos de esta Nación se basaron en esta convicción al proclamar la "verdad evidente por sí misma" de que todos los hombres han sido creados iguales y dotados de derechos inalienables, fundados en la ley natural y en el Dios de esta naturaleza. El curso de la historia norteamericana demuestra las dificultades, las luchas y la gran determinación intelectual y moral que han sido necesarias para formar una sociedad que incorporara fielmente estos nobles principios. A lo largo de ese proceso, que ha plasmado el alma de la Nación, las creencias religiosas fueron una constante inspiración y una fuerza orientadora, como, por ejemplo, en la lucha contra la esclavitud y en el movimiento en favor de los derechos civiles. También en nuestro tiempo, especialmente en los momentos de crisis, los estadounidenses siguen encontrando energía en sí mismos adhiriéndose a este patrimonio de ideales y aspiraciones compartidos.

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2 comentarios:

  1. qué bueno que estés haciendo estos análisis querido Guille!

    te lo agradezco en nombre de todos tus lectores!

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  2. Anónimo4:57 p. m.

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