¡La paz! Esta gran aspiración del corazón de todo hombre y de toda mujer se construye día tras día con la aportación de todos, como enseña la admirable herencia que nos ha entregado el Concilio Vaticano II con la constitución pastoral «Gaudium et spes», en la que se afirma que la humanidad no logrará «construir un mundo más humano para todos los hombres en toda la extensión de la tierra, sin que todos se conviertan con espíritu renovado a la verdad de la paz» (n. 77). El momento histórico en el que se promulgó la constitución «Gaudium et spes», el 7 de diciembre de 1965, no era muy diferente al nuestro. Entonces, como por desgracia también en nuestros días, tensiones de todo tipo se perfilaban en el horizonte mundial. Ante las situaciones de injusticia y de violencia que siguen oprimiendo diferentes zonas de la tierra, ante las nuevas y más insidiosas amenazas contra la paz --el terrorismo, el nihilismo y el fundamentalismo fanático--, ¡se hace más necesario que nunca trabajar juntos por la paz!El Papa Benedicto XVI celebró el domingo su primer Año Nuevo como pontífice instando a la humanidad a recurrir a la fe en Dios para impedir el terrorismo, el nihilismo y el fundamentalismo que minan la paz. El Papa dirigió su homilía a los miles de fieles reunidos en la basílica de San Pedro con ocasión de la misa de Año Nuevo, fecha que es también el Día Mundial de la Paz.
Via El Mercioco
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