ESPAÑA TOMADA

Artículo del filósofo español Fernando Savater, censurado por el diario El País, sobre la participación de los nacionalistas vascos de la ANV y Batasuna (brazos políticos del ETA) en los comicios municipales y autonómicos, gracias a la débil aplicación de la Ley de Partidos por parte del gobierno español:

Fernando Savater
Me deja perplejo leer en un editorial de El País (7-5-07) que «es una ley excepcional y de muy problemática aplicación, en la medida en que es limitativa de derechos». Hombre, muchas leyes limitan derechos pero siempre los de quienes los utilizan para lesionar o impedir el ejercicio de los de otros. Como explica a continuación el propio editorial, es el caso de quienes impiden la libre competencia democrática apoyando la eliminación física o la intimidación permanente de sus adversarios políticos. La Ley de Partidos defiende el ejercicio de los derechos políticos de todos, menos de los que quieren simultanear política y crimen para ganar a dos bandas. ¿Y «excepcional»? ¿Por qué es excepcional, si no fue dictada por decreto del Ejecutivo sino aprobada en la sede legislativa adecuada? Claro que siempre contó con la oposición de los nacionalistas de toda laya y desde luego hoy mantener una ley que contraríe a los nacionalistas es algo realmente excepcional ¡Ha sido recurrida en el Tribunal de Estrasburgo! Bueno, no sabemos si prosperará el recurso, pero existe algún precedente orientativo. Por ejemplo, cuando se ilegalizó el Partido de la Prosperidad turco -al que pertenecía entonces el islamista Gül y que contaba con seis millones de votos- por apoyar la violencia separatista y atentar contra la laicidad de Estado, el Tribunal de Estrasburgo ratificó tal medida dictaminando que «la democracia representa un valor fundamental en el orden público europeo pero si se demuestra que los responsables de un partido político incitan a la violencia o mediante mecanismos ilegítimos buscan la destrucción de la propia democracia su disolución puede considerarse justificada»
(...)
Aunque duela decirlo y dejando a un lado la pureza de las intenciones iniciales, ejem, lo indudable ya es que el Gobierno de Zapatero ha fracasado en toda regla en el supuesto "proceso de paz". Una ETA acorralada, políticamente cortocircuitada y que podía haber sido eliminada en año y medio de haber seguido la política conjunta PP-PSOE de finales del Ejecutivo anterior (según afirma la Policía francesa) se encuentra hoy revitalizada, rearmada y dispuesta a actuar en cualquier momento. Batasuna no ha cambiado ni un ápice sus planteamientos políticos, ha pasado de fuerza marginal y casi mendicante a interlocutor político privilegiado, además de volver como fuerza electoral y recuperar probablemente sus posiciones perdidas en muchos municipios claves para su financiación y reafirmación estratégica. Ha aumentado la presencia radical en los medios de comunicación vascos, sigue la coacción sobre los ciudadanos disidentes y desde luego la extorsión a empresarios y profesionales, contra la que por lo visto nada puede hacerse (¿se imaginan lo que sería saber que cientos de empresas, comercios, restaurantes, profesionales están pagando mensualmente cantidades importantes a Al-Qaida pero que nada puede intentarse penalmente contra ellos porque bastante sufren ya los pobrecillos?). (...) Digo yo que en cuanto acabemos de desvelar las patrañas y mentiras de la supuesta "conspiración" del 11-M, habrá que empezar con las del "proceso de paz".

Uno de los mejores cuentos de fantasmas que conozco es "Casa tomada", de Julio Cortázar. En él, una pareja de hermanos mayores y solteros vive en la casa de sus antepasados. Poco a poco, deben ir cerrando habitaciones y bloqueando puertas de las estancias 'tomadas' por entidades que no se precisan pero se presienten hasta que finalmente tienen que abandonar su hogar invadido por el Mal. En el País Vasco, muchos de quienes hemos luchado contra el expansionismo del nacionalismo obligatorio estamos en la misma tesitura. ETA y adláteres ocupan las localidades pequeñas, luego las medianas, luego barrios de las grandes y espacios públicos comunes: nosotros vamos cerrando puertas y retrocediendo. Cada vez con menos apoyos y más críticas de quienes se impacientan por nuestras quejas. Los socialistas vascos por ejemplo nos tienen por "miserables", cuando no por extremistas de derechas (con el PSE pasa lo que con la Ertzaintza, aunque peor: en sus filas hay gente decente y combativa, pero con los mandos actuales no hay manera). Y aún eso es preferible a los que nos muestran su 'solidaridad humana' por las amenazas que sufrimos, para acto seguido criticar la Ley de Partidos o recomendar el diálogo como solución de nuestros males. No, que quede claro: no queremos solidaridad "humana" sino política. La "humana" que se la guarden los simpáticos donde mejor les encaje.
Confirma el diagnóstico Mario Vargas Llosa: El PSOE se ha vuelto el caballo de Troya de los nacionalismos
Algo habrá que no le guste en el PSOE cuando vota al PP...
Dicho lo anterior, sí, yo tengo muchas cosas que criticarle al PSOE, sobre todo su política con ETA, que yo creo que ha sido una política muy equivocada. Tampoco me gusta su decisión de establecer alianzas con los nacionalismos periféricos extremistas —como ERC— para tener el poder. Porque en España, tradicionalmente, el socialismo era una fuerza antinacionalista muy grande y hoy el PSOE se ha vuelto el caballo de Troya de los nacionalismos; y eso lo lamento muchísimo.
El historiador británico Michael Burleigh en su obra «Poder terrenal» califica a los nacionalismos como «iglesias» y como «patologías» políticas... ¿Cree lo mismo?
El nacionalismo, lo mismo el centralista que los periféricos, es una catástrofe en todas sus manifestaciones. Eso ya lo sabemos. Claro que es una enfermedad; en la práctica, un rechazo del otro porque es la aspiración completamente utópica de ir hacia sociedades racial, religiosa o ideológicamente homogéneas. Y eso no es democrático y, además, no es realista, porque todas las sociedades han evolucionado y se han diversificado extraordinariamente, que es lo que la globalización significa, un fenómeno del que nadie puede apartarse. Creo que, en última instancia, el nacionalismo está reñido con la democracia. Aunque hay que diferenciar el nacionalismo de pistoleros terroristas del nacionalismo burgués de CiU o del PNV. Pero si usted escarba en las raíces ideológicas del nacionalismo, éstas son un rechazo de las formas democráticas, un rechazo a la coexistencia en la diversidad, que es la esencia de la democracia. Por eso yo combato el nacionalismo en todas sus manifestaciones.

ETA
Vía Libertad Digital y Criterio

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