El IPCC contra la CIENCIA

Como hemos tratado anteriormente, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC por sus siglas en inglés) tiene más de político que científico, a juzgar no solamente por su postura alarmista y mediática, sino por su peculiar método donde los resúmenes y conclusiones son publicados antes del desarrollo del trabajo y las discusiones en las mesas de expertos convocados, cuyos resultados tienen que ajustarse a lo previamente determinado. Esto ha sido denunciado en repetidas ocasiones tanto por la comunidad científica como por ex-miembros del panel como Richard Lindzen.

La emocionalización alrededor del tema del cambio climático motiva a que la revista alemana Der Spiegel se pregunte: ¿Esta dañando el IPCC a la ciencia?

The problem is that the IPCC is not a political group whose goal is to exert pressure, but a scientific institution and panel of experts. Its members ought to present their results and analyses dispassionately, the way pathologists or psychiatrists do when serving as expert witnesses in court, no matter how horrible the victim's injuries and how deviant the perpetrator's psyche are.
Peter Weingart, a sociologist of science from Bielefeld, a city in northwest Germany, believes that the climate experts' lack of distance has something to do with their training. Scientists usually learn only to reflect on the results of their work, not on their role within the social decision-making process. As a result, they join forces with politicians who share their views. And in this way they do harm to science.
El problema con el IPCC es que no es un ente político empeñado en ejercer presión, sino una institución científica, un panel de expertos. Sus miembros deberían presentar sus resultados y análisis desapasionadamente de la misma manera que lo hacen los patólogos y psiquiatras cuando son consultados como testigos expertos en una corte sin importar lo horrible del crimen o que tan mounstruoso es el criminal.
Peter Weingart, un sociólogo alemán, cree que la falta de distancia de estos expertos en el clima tiene que ver con su formación. Los científicos usualmente aprenden sólamente a concentrarse en el resultado de sus trabajos, no en su rol dentro del proceso social de tomas de decisiones. Como resultado ellos se unen fuerzas con políticos que comparten sus observaciones. Y de esta forma estan dañando a la ciencia.
Aunque la ciencia es esencialmente avalorativa por las restricciones que ella misma se ha impuesto, eso no significa que los científicos deban abstenerse de asumir posturas. Sin embargo el rollo del calentamiento global ha dejado de ser un punto de discusión científica para convertirse en asunto político de tinte totalitario e inquisitorial "gracias" a la falta de ponderación de organismos como el IPCC y la ONU, y al aprovechamiento que hacen los medios del alarmismo y las paranoias concurrentes, exacerbadas por la aparición de pseudociencias de carácter religioso como el ecologismo. De allí la ecocondría imperante:



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