Tío Chosmky viene al Perú, y es preciso recibirle con la preparación necesaria ke nos haga dignos de su mirada
. Por eso, si hay que señalar una obra donde se presente el núcleo del pensamiento chomskiano esta debe ser
Las Intenciones del Tío Sam (
What uncle Sam really wants, 1993). Como casi todo el resto de sus escritos políticos, "Las intenciones..." son una colección editada de entrevistas, discursos y artículos. Pero este compilado es especial, pues se trata de una verdadera antología de la más directa y abierta critica moral a la política exterior norteamericana de la posguerra. El propósito en sí es legítimo. Sin embargo el autor recurre a una serie de tergiversaciones para consagrar como reflexión intelectual el dogma número uno de la progresía:
Los Estados Unidos son un estado fascista, un verdadero
"cuarto reich".
Quizá no nos deberia interesar que Chomsky haga leña de la politica de estado de un gobierno que ha manejado sus relaciones exteriores con mucha torpeza, ni que el auto-odio y la traición ("disidencia") bajo la mascarada de crítica intelectual sean innegablemente rentables cuando se proclaman en democracia (lo que confirma al régimen democrático). El problema está que tal crítica es usada para
justificar e incluso ensalzar los regímenes y proyectos dictatoriales y/o totalitarios que surgieron en todo el mundo "en respuesta" a la intervención norteamericana, algo que Chomsky denomina como "La amenaza del buen ejemplo".
"Las intenciones..." no son de ningun modo un discurso novedoso ni revelador. Lo que hace Chomsky es simplemente dar brillo intelectual a la
propaganda comunista (agit-prop) de la posguerra destinada a satanizar a los detractores de la revolución mundial autodefinida esta como un horizonte de justicia y hermandad para los pueblos del mundo.
Ergo, todo aquel que la combata no puede ser sino un fascista sediento de sangre y poder.
El libro arranca con un ensayo titulado
"Protegiendo nuestro patio" que contiene la idea que atraviesa toda la crítica chomskiana:
Incluso antes de la guerra, Estados Unidos ya era de lejos la primera potencia industrial del planeta, y lo era desde principios de siglo. Poseía el 50% de la riqueza mundial y controlaba ambas orillas de ambos océanos. Nunca había habido una potencia tan poderosa y con tal control del mundo.
La elite que dictaba la política norteamericana era consciente de que el nuevo EEUU que surgiría de la Guerra se iba a convertir en la primera potencia global del planeta, y ya durante la guerra e inmediatamente después de ella planificaron cuidadosamente el diseño del paisaje de la posguerra. Ya que estamos en una sociedad abierta, podemos estudiar sus planes, que, por otra parte, eran claros y diáfanos.
El dato que Chomsky usa para fundamentar tal teoria se encuentra en el siguiente ensayo
"El polo opuesto Liberal". Allí se presenta lo que se supone es el documento piedra-angular que revela las verdaderas intenciones del tío Sam:
Kennan era uno de los consejeros más lúcidos e inteligentes de todo el país, y una figura puntera entre los diseñadores de la política de posguerra. Sus escritos son extremadamente interesantes e ilustran perfectamente las posiciones del grupo de palomas. Uno de los documentos más interesantes para comprender en su totalidad la política de EEUU es el Estudio sobre Planificación Política nº 23 (PPS23), escrito por Kennan para el Departamento de Estado en 1948. He aquí algo de lo que en él se decía:
« ... tenemos alrededor del 50% de la riqueza mundial pero sólo un ó,3% de su población ... Con estasituación no podemos evitar ser objeto de envidias y resentimientos. La tarea realmente importante para el próximo período es elaborar un modelo de relaciones que nos permita mantener esta posición de desigualdad... Para conseguirlo tenemos que prescindir de todo tipo de sentimentalismos y utopías; nuestra atención tiene que concentrarse en nuestros intereses nacionales más inmediatos.
Debemos dejar de hablar de objetivos vagos e írreales como los derechos humanos, el aumento de la calidad de vida, y la democratización. No está lejos el día en que tengamos que batimos por conceptos realmente Importantes. Cuanto menos estemos atados por consignas idealistas, mejor».
El método favorito de Chomsky, de apariencia científica, es el amarillista de la "fuente rebuscada", sacada de contexto lo cual le otorga el signo necesario para su argumentación. Más aún si se trata "de uno de los consejeros más lúcidos e inteligentes de todo el país" tal como le gusta presentar Chomsky a sus fuentes. Si uno no repara en que se trata de un
estudio que bien pudo haber sido asimilado (como que no) por su gobierno, entonces la trampa cumplió su objetivo. Muy pocos se atreverían a indagar
en el texto original, el cual es un tratado mucho más rico, esclarecedor y
moderado. Referido
solamente al lejano oriente, transcribo originalmente en inglés los parrafos que contienen la "cita" hecha por Chomsky resaltando en negritas las partes que usó para elaborarla:
Furthermore, we have about 50% of the world's wealth but only 6.3% of its population. This disparity is particularly great as between ourselves and the peoples of Asia. In this situation, we cannot fail to be the object of envy and resentment. Our real task in the coming period is to devise a pattern of relationships which will permit us to maintain this position of disparity without positive detriment to our national security. To do so, we will have to dispense with all sentimentality and day-dreaming; and our attention will have to be concentrated everywhere on our immediate national objectives. We need not deceive ourselves that we can afford today the luxury of altruism and world-benefaction. For these reasons, we must observe great restraint in our attitude toward the Far Eastern areas. The peoples of Asia and of the Pacific area are going to go ahead, whatever we do, with the development of their political forms and mutual interrelationships in their own way. This process cannot be a liberal or peaceful one. The greatest of the Asiatic peoples-the Chinese and the Indians-have not yet even made a beginning at the solution of the basic demographic problem involved in the relationship between their food supply and their birth rate. Until they find some solution to this problem, further hunger, distress, and violence are inevitable. All of the Asiatic peoples are faced with the necessity for evolving new forms of life to conform to the impact of modern technology. This process of adaptation will also be long and violent. It is not only possible, but probable, that in the course of this process many peoples will fall, for varying periods, under the influence of Moscow, whose ideology has a greater lure for such peoples, and probably greater reality, than anything we could oppose to it. All this, too, is probably unavoidable; and we could not hope to combat it without the diversion of a far greater portion of our national effort than our people would ever willingly concede to such a purpose.
In the face of this situation we would be better off to dispense now with a number of the concepts which have underlined our thinking with regard to the Far East. We should dispense with the aspiration to "be liked" or to be regarded as the repository of a high-minded international altruism. We should stop putting ourselves in the position of being our brothers' keeper and refrain from offering moral and ideological advice. We should cease to talk about vague and -- for the Far East -- unreal objectives such as human rights, the raising of the living standards, and democratization. The day is not far off when we are going to have to deal in straight power concepts. The less we are then hampered by idealistic slogans, the better.
Para los que pudieron leer en inglés, notarán que no se trata de una "declaración de guerra" ni de un coloquio entre plumíferos. Se trata de una observación
realista sobre la situación
en una determinada parte del mundo (lejano oriente) y como esta podría evolucionar hacia escenarios de violencia, tal como efectivamente sucedió.
Chosmky convierte las mutiladas recomendaciones en el eje de la política exterior norteamericana. De la misma forma, al pobre de
George F. Kennan le hace decir unas cuantas barbaridades más al como si fuera un feroz halcón y no el analista certero que era. Sobre latinoamerica:
Siguiendo esa misma línea, en una breve charla dirigida a los embajadores estadounidenses en latinoamérica en 1950, Kennan observó que uno de los principales objetivos de la política exterior norteamericana debía ser «la protección de nuestras materias primas» (por supuesto en América Latina).
Debemos combatir la peligrosa herejía, que según informaba la inteligencia norteamericana se estaba extendiendo por toda Latinoamérica, de que «un gobierno era responsable del bienestar de sus ciudadanos».
Los analistas norteamericanos tildaban tal idea de comunismo, sin importar qué grupos la enunciaran. Podían ser grupos de la iglesia de base o cualquier otro, pero si sostenían esa herejía eran comunistas.
Chomsky no situa los dichos de Keenan (convenientemente mutilados) dentro del contexto de la amenaza del comunismo que el funcionario del Departamento de Estado explica detalladamente en su
reporte de 1950. Para Keenan las actividades comunistas en latinoamerica propiciaban sentimientos de antiamericanismo que, de tomar el poder, convertiría a esos países en fuentes de hostilidades para los Estados Unidos, tendiendo a destruir las relaciones entre ambos sin el menor respeto por la legalidad (especialmente el régimen de propiedad privada).
Chomsky (ni
Walter Lafeber, de quien toma estos comentarios) indagan sobre el proyecto politico comunista como si lo hace
Keenan, quien de salvaje agresor tenía muy poco, ya que fue propulsor de la política de la
contención (
containment) contraria a la politica de intervención militarizada. Kennan fue
crítico de las intervenciones americanas en Vietnam, Irak, y
junto a Robert McNamara enemigo del armamentismo nuclear.
Próximo post sobre Las manipulaciones del TIO CHOMSKY: La red Gehlen, la guerra fría, "La amenaza del buen ejemplo" y otras conspiranoias.Tags:
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